TEXTOS EXPOSITIVOS
Un
texto expositivo es el que presenta de forma objetiva hechos, ideas y
conceptos. Su finalidad es informar sobre un tema determinado, de manera que el
autor en ningún caso plasme sus opiniones, pensamientos y/o sentimientos.
Se
pueden distinguir dos tipos de textos expositivos:
Por
un lado, los divulgativos que informan de temas de interés general para un
público no especializado, sin conocimientos previos. Pertenecen a este tipo de
textos: las conferencias, los libros de textos, los artículos periodísticos,
exámenes, reseñas, etc.
Por
otro lado, los especializados que no solo informan sino que pretenden hacer
comprender aspectos científicos, por lo que exigen un receptor más
especializado, con un mayor grado de conocimiento del tema. Presentan, por
tanto, una mayor complejidad sintáctica y léxica. Pertenecen a este los textos
científicos, jurídicos, humanísticos, etc.
Algunas características
lingüísticas de los textos expositivos son:
La
objetividad (tendencia del uso de la 3ª persona verbal, léxico denotativo).
Uso
de oraciones impersonales y enunciativas.
Claridad,
precisión.
Uso
preferente del presente intemporal y del modo indicativo. Puntualmente, el uso
del imperfecto si se trata de la descripción de procesos.
Uso
de conectores (ordenadores del discurso, explicativos, ejemplificadores).
Empleo
de recursos como las comparaciones, definiciones, enumeraciones, ejemplos.
Los
textos expositivos son conocidos como informativos en el ámbito escolar. La
función primordial es la de transmitir información pero no se limita
simplemente a proporcionar datos sino que además agrega explicaciones, describe
con ejemplos y analogías.
Suelen presentar las
siguientes partes:
Introducción (Presentación del tema).
Desarrollo (Explicación y aclaración
del tema tratado).
Conclusión o síntesis.